Una buena recolección se califica con cuatro indicadores que muestran cómo se desarrolla el proceso: la calidad de la cosecha, la eficiencia del proceso, la eficacia de la labor y las pérdidas de frutos al suelo. El control de las anteriores variables permite reducir el riesgo de afectar la calidad en taza y optimizar los costos del negocio cafetero. A continuación algunas alternativas